En el estudio, los investigadores probaron este análisis en más de 4.000 mujeres durante un período de 11 años. Las mujeres se sometieron a análisis de sangre anuales y los investigadores registraron los niveles de una proteína llamada CA-125, que se produce en la mayoría de los tumores de ovario. Las mujeres que presentaron aumentos repentinos en los niveles de CA-125 fueron remitidas a un ginecólogo y se les hizo una ecografía.

Según fueron los resultados de la ecografía, 10 mujeres se sometieron a cirugía. Resultó que cuatro mujeres tenían cáncer de ovario todavía en un estadio temprano y otras cinco presentaron tumores ováricos benignos o de bajo potencial maligno (tumores que pueden volverse cancerosos, pero que en general no lo hacen). Una de las mujeres tenía cáncer endometrial.

El estudio sugiere que este análisis tuvo una especificidad del 99,9 por ciento, según los investigadores, lo que significa que sólo el 0,1 por ciento de las pacientes sin cáncer serían identificadas de forma erronea como enfermas.

Dos mujeres en el estudio resultaron tener tumores de ovario que no fueron detectados por el cribado, pero ambos eran de bajo potencial maligno, según los investigadores.