Esta práctica anglosajona estaba descartada en España desde que se puso en marcha el sistema de donación de órganos, pero el pasado mes de noviembre, después de un intenso debate, recibió el visto bueno de la Comisión de Trasplantes del Consejo Interterritorial de Salud.

La figura del donante altruista, a quien en la Organización Nacional de Trasplantes se conoce como el  "buen samaritano" no es usual, pero siempre ha existido. Se trata de personas que acuden a los centros de salud y hospitales a ofrecer uno de sus riñones sin pedir nada a cambio. 

El coordinador de la ONT, Rafael Matesanz, anunció ayer que el donante andaluz ya ha superado las pruebas psicológicas precisas y ahora está siendo sometido a análisis físicos para garantizar su correcto estado de salud, que lo confirmen como apto.

El mayor reparo a este tipo de trasplantes y que ha hecho que no se haya autorizado hasta ahora reside en el hecho de que estas donaciones podrían encubrir otros intereses, como el económico o que se estubiera produciendo una extorsión.

El responsable de la ONT no duda de que el ejemplo del primer buen samaritano andaluz cundirá. "Tendremos que hacer listas de donantes potenciales. El mayor problema que se nos plantea es que hay que tener mucho cuidado para garantizar su anonimato", indica.