Llevar una vida saludable es una tarea difícil, pero… ¿Por qué? Pues es muy sencillo, los seres humanos tenemos una tendencia natural a la recompensa inmediata, si comparamos una porción de tarta de chocolate que te la puedes comer ahora mismo (recompensa inmediata), frente a una reducción del riesgo de enfermedad cardiaca (recompensa a largo plazo), siempre gana la tarta de chocolate.

Esta es la causa por la que informar a la gente sobre cuantas calorías hay en un bollo o en un perrito caliente, no suelen cambiar su comportamiento, a pesar de esto, puede haber maneras de ayudar a las personas a seguir adelante en su deseo de llevar una vida más saludable.

Se ha observado que algo tan sencillo como poner por escrito un plan de cuando vamos a llevar a cabo una acción que mejorará nuestra salud, puede mejorar su nivel de cumplimiento.

Por ejemplo, en un estudio, se informó a un grupo de personas sobre cuándo y dónde podían ponerse la vacuna antigripal, si además se les pedía que anotaran la fecha y la hora a la que planeaban ir a ponérsela, el porcentaje de personas que realmente acudía a vacunarse contra la gripe aumentaba en un 4%.

En cuanto a la alimentación, se ha observado en distintas investigaciones, que factores inconscientes, como el tamaño de los platos utilizados para comer, pueden contribuir a disminuir la cantidad de alimentos que necesitamos en una comida.

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