Los científicos han investigado la tricomoniasis, enfermedad de transmisión sexual causada por el parásito Trichomonas vaginalis, un tipo de microorganismo que se conoce como protozoo. En lugar de invadir las células humanas, el parásito se engancha a su superficie y se alimenta de ellas.

La tricomoniasis es más común que todas las enfermedades bacterianas de transmisión sexual juntas, afecta anualmente a cerca de 250 millones de personas en todo el mundo. Las personas infectadas con el parásito son especialmente vulnerables a otras enfermedades de transmisión sexual, incluido el VIH, que causa el SIDA, y el VPH, que está relacionado con el cáncer de cuello uterino y de próstata. Además, las complicaciones de la tricomoniasis incluyen el aborto involuntario, el parto prematuro, un bajo peso del bebé al nacer  e infertilidad.

"La tricomoniasis se asocia a consecuencias devastadoras para las mujeres debido a la inflamación y los riesgos relacionados con la enfermedad reproductiva", según Raina Fichorova, de la Harvard Medical School y del Brigham and Women's Hospital de Boston.

Curiosamente, más del 80 por ciento de estos parásitos están, a su vez, infectados con un virus el Trichomonasvirus.

"A diferencia de el virus de la gripe, por ejemplo, este virus no puede propagarse pasando de una célula a otra", explica Max Nibert de la Harvard Medical School. "Simplemente se propaga entre las células cuando  el anfitrión se divide."

El virus no parece tener ningún efecto perjudicial sobre el parásito y el gran alcance de este virus ha llevado a los investigadores a sospechar que en realidad podría beneficiar, de alguna forma, al parásito. Para obtener más información, los investigadores tomaron Trichomonas de mujeres infectadas y estudiaron cómo las dos versiones del parasito, la infectada por el virus y la libre de virus, afectaba a las células humanas cultivadas en el laboratorio.

En la actualidad, la tricomoniasis se trata de forma habitual con metronidazol. Sin embargo, cuando los investigadores mataron Trichomonas infectados por el virus  con este medicamento, encontraron que los parásitos al morir liberaban los virus que inflamaban las células humanas.

El virus, en si mismo, no infecta las células humanas, pero, si agrava los efectos nocivos del parásito. Estos hallazgos podrían explicar por qué el metronidazol no evita  los efectos perjudiciales que la tricomoniasis puede tener en la reproducción de las mujeres ya que, de hecho, puede empeorar el cuadro al obligar al parásito a liberar los virus dañinos.

"El tratamiento con antibiótico puede en realidad empeorar la situación por la amplificación de la inflamación", afirmó Fichorova.

La inflamación también podría ayudar a explicar por qué el parásito hace que las personas sean más vulnerables a otras enfermedades de transmisión sexual (ETS). "La inflamación puede destruir o debilitar las barreras que nos protegen de otras infecciones", añade Fichorova.

Los científicos no están seguros de si el virus realmente ayuda al parásito de alguna manera. Futuras investigaciones deberán explorar qué parte de la estructura del virus o  de su ciclo de vida es más vulnerable a los medicamentos.  "Para tratar esta infección con seguridad, debemos no sólo luchar contra el parásito, sino contra su virus al mismo tiempo." concluye Fichorova


Podéis encontrar más detalles sobre esta investigación en el artículo: “Endobiont Viruses Sensed by the Human Host – Beyond Conventional Antiparasitic Therapy” publicado en PLOS ONE el 7 de noviembre de 2012.

Fotografía: [Public domain], via Wikimedia Commons