Y de hecho se debe prestar mucha atención al tipo de zapatos que compramos y cómo cuidamos los pies de nuestros pequeños, pues cualquier decisión equivocada, aunque involuntaria, puede provocar daños graves en la edad adulta.

El principal daño ortopédico, que puede tener su origen en la infancia, ocasiona diversos tipos de deformación como algunas enfermedades de la espalda o piernas torcidas. Es importante entender cómo el uso de zapatos "no adecuados" para las piernas de los niños puede causar graves daños: ¡Se debe tener mucho cuidado al comprar zapatos para nuestros pequeños!

Nuestros pies recorren durante el transcurso de nuestra vida una impresionante cantidad de kilómetros y si no empezamos a cuidar de ellos desde una edad temprana tendremos cierta predisposición a la aparición de diversas enfermedades.

A veces los problemas son tan graves que requieren una intervención quirúrgica y en la mayoría de los casos la causa de malformaciones en los adultos se encuentran precisamente en el calzado inadecuado o defectuoso usado durante la infancia.

¿Qué debemos hacer para evitar errores que podrían afectar a la aparición de fenómenos patológicos?

La precaución principal es, sin duda medir correctamente los pies de nuestros hijos cuando vayamos a comprar el calzado.

Debemos tener en cuenta que los pies de los niños crecen muy rápidamente y que son todavía blandos y fácilmente deformables cuando los zapatos son demasiado pequeños.

No sólo debe ser evaluado con cuidado el tamaño del pie del niño, también hay que medir bien la longitud interior de los zapatos. Sólo de esta manera los padres puedan saber si los pies del niño tiene suficiente espacio en el interior de los zapatos.

La longitud interior del calzado debe dejar un espacio de al menos 12 mm. a fin de facilitar el crecimiento y el movimiento del pie.

Las dimensiones del calzado finalmente son un factor importante. Sólo en el caso en que el zapato tenga las dimensiones óptimas en longitud y en anchura, no constituirá un peligro para las caídas del pequeño.

Los niños no se dan cuenta si el zapato les  "pellizca",  y con frecuencia se ajustan a zapatos demasiado pequeños, mientras que en los primeros seis años de vida los huesos de los pies son blandos y maleables.

El sistema nervioso de los pies de los niños, no está aún diferenciado por lo que los niños no sienten ningún dolor y no se quejan demasiado. Incluso aunque estén involucrados en actividades deportivas.

El ritmo de crecimiento de los pies de los niños es el siguiente:

  • 1 a 3 años, el crecimiento medio del pie es de 1,5 mm por mes
  • 3 a 6 años: el crecimiento promedio de los pies es de 1 mm por mes
  • 6 a 10 años: los pies de los niños crecen a un ritmo de menos de un milímetro por mes.


A la luz de estos datos, es evidente que son principalmente los niños menores de seis años los que necesitarán más frecuentemente zapatos nuevos.

Sólo a los 16 años, el desarrollo de los pies se ha completado y han tomado su forma final.


Fotografía Por Aleser (Trabajo propio) [Public domain], undefined