Aunque no se encuentra entre las enfermedades reumáticas que sufren el mayor número de pacientes, es de las más incapacitantes, ya que se da, sobre todo, en población joven, se trata de una enfermedad grave que, sin embargo, es desconocida por la mayoría de la población, que muchas veces la confunde con otras patologías reumáticas.

Ibiza acogió pasado fin de semana el VI Simposio de la Sociedad Española de Reumatología, donde se reunieron los mayores expertos sobre el tema, además de organizar dos cursos especializados. Se abordaron los últimos avances en diagnóstico y tratamiento, así como las novedades en el uso de terapias biológicas.

La mayoría de las veces la enfermedad se presenta de una forma engañosa, con signos y síntomas poco evidentes y que además, pueden quedar ocultos por medicaciones como antiinflamatorios y corticoides.

Se caracteriza por la presencia de dolor, rigidez, hinchazón y pérdida de la movilidad articular, y afecta especialmente a las articulaciones más móviles como las de las manos y los pies, así como muñecas, hombros, codos, caderas y rodillas.

La inflamación mantenida y no controlada puede acabar dañando los huesos, ligamentos y tendones que hay alrededor de la articulación, lo cual conduce a una deformidad progresiva de las articulaciones, a la pérdida de la capacidad para realizar las tareas de la vida diaria y a un deterioro de la calidad y de la expectativa de vida.