Cada vez que nos tocamos la nariz o la boca, transferimos bacterias y virus entre nuestras manos y nuestra cara. Esta "auto-inoculación", o transferencia de gérmenes de una parte del cuerpo a otra, es una forma primaria mediante la que los gérmenes terminan extendiéndose desde superficies contaminadas a la cara de las personas y, de las personas enfermas a las superficies de lugares concurridos.

"Hay muchas oportunidades entre lavado y lavado de manos de que vuelvan a contaminarse", afirma el Dr. Wladimir Alonso, investigador de la salud mundial en el Instituto Nacional de Salud en Bethesda.
 
El Dr.Alonso y sus colegas seleccionaron al azar 249 personas en lugares públicos de Washington, DC y en la ciudad brasileña de Florianópolis. Los investigadores estudiaron la frecuencia con la que estas personas tocaban cualquier superficie común y luego la boca o la nariz. Observaron que las personas del estudio se tocaban la cara un promedio de 3,6 veces por hora y los objetos comunes un promedio de 3,3 veces por hora.

Esta tasa de tocarse la nariz o la boca indica que la gente infecta sus manos más frecuentemente que se las lava.

"Es importante comprender los mecanismos básicos mediante los cuales las enfermedades se transmiten para sacarle el máximo partido al lavado de manos", según el Dr. Alonso.

"Si existe en el ambiente un virus respiratorio mortal , esto es algo a tener muy en cuenta", dijo Alonso, que apunta a la pandemia de gripe de 2009, como un ejemplo de una situación donde el conocimiento de la auto-inoculación podría limitar la propagación de la enfermedad.

Alonso dijo que saber la frecuencia de autoinoculación no debe convertir a la gente en hipocondríaca, o llevarnos a una vida incómoda o en constante estado de alerta. El sistema inmune ofrece una buena protección contra las enfermedades.

"Pero es importante tener en cuenta que la auto-inoculación puede darse muy rápidamente después de habernos lavado las manos", afirmó.

Este estudio fue publicado el pasado 15 de noviembre en la revista Clinical Infectious Diseases.


Fotografía: By James Gathany (CDC Public Health Image library ID 11162) [Public domain], via Wikimedia Commons