El dictamen, que la corte emitió ayer y que convierte Montana en el tercer estado de EEUU en legalizar el suicidio asistido, después de Oregon y Washington, evitó, sin embargo, reconocer que el suicidio sea un derecho garantizado por la Constitución estatal.

"Al prestar ayuda médica al paciente para que muera, es el paciente, y no el médico, quien efectúa el último acto que causa la muerte al administrarse a sí mismo la dosis letal de medicamento", reza el fallo, suscrito por cuatro de los siete jueces, con tres votos en contra.

En los estados de Oregon y Washington el suicidio asistido fue legalizado mediante sendos referendos, en 1997 y 2008, respectivamente, pero tampoco en estos estados ha sido reconocido como derecho constitucional, como pretenden los partidarios del movimiento a favor del "derecho a una muerte con dignidad".