Día internacional del cáncer de mama, 19 de Octubre.
Cada uno de estos números, cada una de las personas afectadas son una razón de ser para la Federación Española de Cáncer de Mama (FECMA), que este año conmemora el Día Internacional de la patología (19 de Octubre) recordando la necesidad de un acceso equitativo de todas las afectadas a las pruebas diagnósticas más precisas y a los tratamientos más innovadores. “Apostamos por la sostenibilidad del sistema sanitario porque valoramos la calidad de las prestaciones en cáncer de mama y la universalidad del derecho a la salud”, explica su presidenta, María Antonia Gimón. “Y lo hacemos con más razones que nunca para no decaer en nuestro empeño de hacer ver la necesidad de mejores tratamientos, mayor formación y apoyo a los profesionales de la sanidad, así como las necesidades derivadas de la supervivencia de larga duración de las afectadas”.
Tanto el Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM), como la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), apoyan a FECMA en la celebración de este día y en la difusión de su manifiesto en el que, anualmente, reivindica las principales necesidades asistenciales de este colectivo que desde hace más de 10 años representa a más de 35.000 mujeres –unidas en 35 asociaciones- que a lo largo de su vida han sufrido esta enfermedad.
“Hoy en día la supervivencia a cinco años de las mujeres que han superado un cáncer de mama supera el 85 por ciento, gracias a los programas de detección precoz y la implantación progresiva de nuevos tratamientos”.
En este sentido, el Dr. Emilio Alba, presidente de la SEOM, muestra cierto optimismo puesto que “se ha logrado estabilizar la incidencia de este tipo de tumor y poco a poco se está consiguiendo disminuir la mortalidad. Sin duda el diagnóstico precoz es un elemento clave para lograrlo, pero nunca hay que dejar de insistir en la importancia de los exámenes periódicos”.
“Tenemos que seguir insistiendo en la importancia de la detección precoz del cáncer de mama mediante campañas que han de ser promovidas por el Sistema Público de Salud”.
En este sentido, y teniendo en cuenta la coyuntura económica actual, María Antonia Gimón admite “temer por las medidas de ajuste en sanidad y que éstas puedan ir contra la calidad y servicio de las prestaciones que hoy por hoy no sólo debe mantenerse, sino mejorarse si es posible”.
Pero el acceso y la calidad de estos tratamientos, pruebas diagnósticas y terapias han de ser igual para todas a pesar del modelo de gestión descentralizada de la sanidad actual, en la que tras las transferencias de competencias existen 17 sistemas públicos de salud diferentes.
“Apoyamos y defendemos la sanidad pública, de calidad, gratuita y universal, un elemento que debe seguir siendo factor estratégico de cohesión social, de igualdad, y a la vez un motor activo de la nueva economía. La descentralización no puede hacer que se rompa la unidad del Sistema Público, por lo que las autonomías deben hacer un ejercicio de corresponsabilidad con una carta de servicios común para todos. Sin duda ésta es la manera de que todas tengamos las mismas oportunidades tanto en el diagnóstico como en el tratamiento y no existan diferencias graves en la asistencia en función del territorio donde vivas”.
La cohesión es la única palabra y la única acción que permite un acceso equitativo a los servicios sanitarios. “Es imprescindible un Pacto por la sostenibilidad, la cohesión y la calidad del Sistema Nacional de Salud, su presente y su sostenibilidad futura exigen una mayor responsabilidad de los poderes públicos para llegar a acuerdos y encontrar fórmulas compartidas con las que afrontar y solucionar los problemas”.
Las tasas de supervivencia en cáncer de mama ascienden día a día, por lo que los avances en el diagnóstico y los tratamientos de la enfermedad deben seguir en este sentido hasta conseguir que la tasa de recaída sea nula. “También tenemos que trabajar para generar el menor número de secuelas posible, claro está, sin renunciar a la eficacia”, añade el doctor Miguel Martín.
“Debemos intentar salvar la mama siempre que se pueda, salvar la axila y evitar los tratamientos médicos innecesarios utilizando test genéticos”.