Aunque los estudios en ratones no se traducen directamente en remedios que funcionan en humanos, los investigadores tienen esperanzas en la eficacia de la vacuna.

"Esta vacuna provoca una respuesta inmune muy fuerte  y activa tres componentes del sistema inmune para reducir el tamaño del tumor en una media de 80%", dijo el coautor del estudio Geert-Jan Boons, un profesor de química e investigador en el Centro del Cáncer de la Universidad de Georgia.

La vacuna trabaja entrenando al sistema inmune a atacar los tumores que contienen una proteína conocida como MUC1 en la superficie de sus células, según el estudio publicado en la revista de las Actas de la Academia Nacional de Ciencias estadounidense.

MUC1 se encuentra en más del 70% de los tipos más agresivos y letales de cáncer, incluidos la mayoría de los tipos de cáncer de mama, el de páncreas y varios de melanoma.

"Esta es la primera vez que se desarrolla una vacuna que entrena al sistema inmune a distinguir y matar células cancerígenas basadas en sus diferentes estructuras de azúcar en proteínas como MUC1", dijo la coautora de la investigación Sandra Gendler, profesora de la Clínica Mayo en Arizona.

La proteína también está sobreexpresada en 90% de los pacientes que presentan un tipo de cáncer de mama conocido como tumor de "triple negativo" que no responden a terapias hormonales como Tamoxifen, inhibidores de aromatasa o el fármaco Herceptin.

Estos pacientes necesitan urgentemente nuevos tratamientos para su cáncer.

"Solo en Estados Unidos hay 35.000 pacientes diagnosticados cada año cuyos tumores son triple negativo", dijo Boons.

"Por tanto podríamos tener una terapia para un gran número de pacientes para los que no hay actualmente terapia farmocológica más allá de la quimioterapia", señaló.

La vacuna contra el MUC1 podría ser utilizada en combinación con quimioterapia y como medida preventiva en pacientes con alto riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer.

Boons, Gendlser y su equipo están actualmente trabajando en una vacuna en células cancerígenas humanas en laboratorio y podrían comenzar la fase I de los ensayos clínicos para probar la seguridad de la vacuna a finales de 2013.