Tus propias bacterias

Junto con nuestras células, compartimos nuestra existencia con un enorme número de microorganismos que también forman parte de nosotros mismos y con los que estamos en constante interacción. A esa comunidad de microorganismos que viven con nosotros se la denomina MICROBIOMA. He aquí algunos datos sorprendentes sobre esas criaturas que llaman “mi casa” a tu cuerpo.


Tu cuerpo tiene más microbios que células

El cuerpo humano está lleno de microbios. Dichos microorganismos superan en mucho el número de nuestras células: las estimaciones son de diez a uno a su favor. El número exacto no importa tanto como la idea de que en nuestro cuerpo hay más bacterias que células humanas. También encontramos una gran cantidad de virus en nuestro cuerpo.  El año 2013 marca el final del Proyecto del microbioma humano, un esfuerzo de cinco años que ha involucrado a cientos de científicos para catalogar el microbioma de los seres humanos.

Has nacido libre de bacterias

Las personas nacemos libres de bacterias y las vamos adquiriendo en los primeros años de vida. Los bebés reciben su primera dosis de microorganismos a medida que pasan a través de canal de parto de la madre. Por descontado, los bebés que nacen por cesárea no adquieren estos microorganismos. De hecho, los estudios demuestran que los bebés por cesárea tienen un microbioma muy diferente al de los bebés de parto natural y pueden estar en mayor riesgo de padecer ciertos tipos de alergias y obesidad. Un niño adquiere la mayor parte de su microbioma a los 3 años,

Las bacterias pueden ser tanto buenas como malas

Como es bien sabido, mientras que algunos gérmenes pueden causar enfermedades, otros son importantes para mantener la salud y defendernos de las infecciones. En ocasiones, las misma bacterias pueden hacer ambas cosas.Tomemos como ejemplo la Helicobacter pylori, responsable de causar úlceras de estómago. La mayoría de nosotros no presentamos síntomas, pero un determinado número de personas desarrollan úlceras de estómago. Las infecciones por Helicobacter pueden ser tratadas con antibióticos, pero, como siempre hay un “pero”: se ha asociado la ausencia de Helicobacter con enfermedades del esófago, como esofagitis por reflujo y ciertos tipos de cáncer de esófago.

Los antibióticos pueden causar asma y la obesidad

La penicilina fue un gran avance cuando fue descubierta por Alexander Fleming en 1928. Los antibióticos han gozado de buena reputación desde entonces, pero el uso excesivo de los mismos ha dado lugar a la proliferación de cepas de bacterias resistentes a antibióticos como la Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM). Existen pruebas de que los antibióticos pueden aumentar el riesgo de desarrollar asma, enfermedad inflamatoria intestinal y obesidad. Por supuesto, hay circunstancias en que los antibióticos son imprescindibles. Sin embargo, algunas enfermedades infantiles,como infecciones de oído o de garganta, pueden desaparer por sí solas.

Los probióticos están sobrevalorados

El reconocimiento de que las bacterias pueden ser buenos para nuestro cuerpo ha dado lugar a una especie de locura en la aparición de alimentos probióticos, que contienen microorganismos vivos que supuestamente ofrecen un beneficio a nuestra salud. Mucha gente toma probióticos después de un tratamiento con antibióticos. Pero, ¿realmente funcionan?  El concepto de ayudar a restablecer nuestro microbioma es correcto. Aunque pensar que podemos restaurar todas las especies de microorganismos de nuestro intestino tomando un derivado lácteo parece una ingenuidad. Los alimentos probióticos actuales tienen buen marketing pero una baja efectividad.

La posibilidad de modificar las interacciones entre microbioma, dieta y nuestro organismo constituye una posibilidad terapéutica de futuro.


Fotografía de Yutaka Tsutsumi, M.D.Professor Department of PathologyFujita Health University School of Medicine [see page for license], via Wikimedia Commons