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La obesidad es un problema común que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Las dietas pueden hacer hincapié en la reducción de la ingesta de grasas o carbohidratos.

En un estudio publicado este mes en la revista Annals of Internal Medicine titulado “Comparing Low-Fat and Low-Carbohydrate Diets” (Comparando dietas bajas en grasas y bajas en carbohidratos), los investigadores reclutaron a personas obesas sin antecedentes de enfermedad cardiovascular y los asignaron al azar a una dieta baja en grasas o baja en carbohidratos. Durante el estudio, los participantes asistieron a sesiones de asesoramiento dietético individuales y en grupo. Se recogieron datos sobre peso, diámetro de la cintura, análisis de sangre y actividad física durante el estudio.

El estudio encontró que las personas obesas asignadas a una dieta baja en hidratos de carbono perdieron más peso en un año que aquellas que siguieron un plan bajo en grasas. Es importante señalar, sin embargo, que este estudio excluyó el ejercicio físico. De hecho, a los participantes del estudio no se les permitió hacer ejercicio durante la duración del estudio. Los carbohidratos actúan como fuente de energía para el cuerpo, por lo que la adición de ejercicio podría haber cambiado totalmente los resultados.

Si  quieres aprovechar los beneficios para perder peso de una dieta baja en carbohidratos, pero siguiendo en lo posible una dieta equilibrada, aquí os dejo unos consejos a tener en cuenta:

  1. Los hidratos de carbono no son el enemigo. Cuando escuchas a alguien decir que los carbohidratos engordan, es probable que estén hablando de cosas como la harina blanca y el azúcar. Las verduras también contienen ciertas formas de hidratos de carbono pero además contienen una gran cantidad de fibra, vitaminas y minerales que el cuerpo necesita.
  2. Ten cuidado con las exclusiones. No hay peligro en excluir cosas como el Glutamato Monosódico o las grasas hidrogenadas de la dieta, pero si una dieta recomienda excluir completamente un determinado grupo de alimentos, cuidado, mucha precaución.
  3. Valora tu progreso. ¿Tienes hambre todo el tiempo, estas de mal humor o con falta de sueño? Cuando uno empieza a comer sano, debe comenzar, al mismo tiempo, a sentirse mejor. Si no es así, la dieta que estás siguiendo puede que no sea la mejor opción para ti. No caigas en la trampa de quedarte atascado en una dieta sólo porque usted estés perdiendo peso. También debes encontrarte bien y sentirte.

Fotografía: «Mercado en la ciudad de Sucre Bolivia» por Cristian Ordenes - Mercado de Sucre. Disponible bajo la licencia CC BY 2.0 vía Wikimedia Commons.