La ministra admitió que aún quedan "detalles" por pulir, aunque no aclaró cuáles, para cerrar el acuerdo, que España espera poder concluir en la reunión de ministros europeos de Sanidad que tendrá lugar el próximo mes de junio en Luxemburgo.

Entre el 70 y el 75 por ciento de la sal que tomamos proviene de productos elaborados y no de la comida que preparamos en casa.

Este recorte afectaría a los productos "más consumidos" en cada país y, en el caso de España, afectaría a embutidos, quesos y pan. Con esta reducción se pretende luchar contra las enfermedades como la obesidad, la hipertensión y afecciones cardiovasculares.


En España, ya se está aplicando una reducción para el pan, en una experiencia piloto que hace que su contenido en sal sea de los más bajos de toda la UE, señalaron las mismas fuentes.