La investigación, publicada en la última edición de la revista médica Lancet Oncology, reveló que el uso de camas solares podría aumentar el riesgo de desarrollar cáncer un 75 por ciento, particularmente en los niños y jóvenes.

"El riesgo de melanoma cutáneo aumenta un 75 por ciento cuando el empleo de dispositivos de bronceado comienza antes de los 30 años", señaló el informe.

El reporte del IARC llegó después de que científicos de nueve países se reunieran en junio para revaluar los riesgo de cáncer que generan distintos tipo de radiación. La radiación solar es la principal fuente de exposición humana a los rayos ultravioletas (UV).

El IARC publica desde 1971 una serie de "Monografías sobre la Evaluación de los Riesgos Cancerígenos para los Humanos", también conocidas como enciclopedia de la OMS sobre cancerígenos, donde ubica a los agentes peligrosos en grupos del 1 al 4.

El grupo 1, donde ahora se encuentran las camas solares, también incluye el asbesto, el arsénico y los productos del tabaco.

La OMS ha establecido que no recomienda el uso de dispositivos de bronceado UV para fines cosméticos. Esas camas actualmente se fabrican con mayores niveles de UVB para imitar al sol y acelerar el proceso de bronceado.