10-cosas-para-tu-pareja
El ejemplo de la literatura más tenebroso para hablar sobre la manipulación de una mujer sobre su pareja es Macbeth. La mujer que, ambiciosa, buscaba conquistar el reino y hacer a su esposo rey a toda costa. Macbeth, siempre seguía los consejos de ella, sin importar por encima de quién debiera pasar. Él la obedeció hasta el final. Pero no hay que pensar en la manipulación con ese límite de violencia, la mayoría somos víctimas de nuestro amor y nuestras relaciones. Para ser felices, en ocasiones hay que ceder y en otras manipular aunque solo sea un poco.
A veces, nuestra pareja simplemente decide ignorar nuestras peticiones. Nos sentimos rechazados. Frases como “no puedo”, “déjame ver y te aviso” o “mejor otro día” forman parte de nuestras vidas, y nos limitamos a insistir en temas que sabemos que simplemente no tendrán su aprobación.
No quiere decir que nuestra pareja no nos quiera, ni que esté harta de salir con nosotras y mucho menos que nuestra relación terminará pronto, sino que tal vez la manera en la que comunicamos lo que queremos no tiene la convicción suficiente para hacerle cambiar de parecer.
Nuestra vida se convierte en una comedia trágica en la que nada parece sencillo. El "no” es una constante que nos vuelve locas y no logramos que la pareja funcione como queremos. Te vamos a dar diez técnicas para que logres que su actitud cambie y de este modo, cumplas el anhelo de que te acompañe a ver a tu madre o que se quede en casa y no salga con sus amigotes esta noche.
Primera: Díselo directamente.
Si eso es lo que quieres, haz que lo sepa. A veces simplemente debemos decir que preferiríamos hacer otra cosa para que lo haga. Puede ser que te diga que no, pero no des rodeos, si no funciona, puedes aplicar los demás consejos.
Segunda: Busca el momento indicado para decirlo.
A veces estamos tan ansiosas por decirle un plan que olvidamos lo importante que puede ser que todas las circunstancias se junten para que la recepción del mensaje sea óptima. Lo más recomendable es que se lo digas cuando estéis solos, no al bajar del autobus o en la cafetería.
Tercera: Muestra la importante que sería para ti.
¿Es la boda de tu hermana y aun así se niega a ir?. Es el momento de decirle que si no se tratara de un evento tan importante, seguramente no se lo pedirías. Dile lo importante que es para ti que vaya contigo, que sea tu compañero y que recordéis juntos ese momento.
Cuarta: Utiliza tus encantos.
Sí, esos encantos. Esos que sabes que podrían volverle loco. En ese momento, justo antes de que te diga “no”, es hora de ponerlo a prueba. Muéstrale un centímetro más de piel, dale besos en el cuello, utiliza sus debilidades a tu favor. Suena un poco injusto pero lo más probable es que caiga a tus pies.
Quinta: Pidele más de lo que necesites.
No quiere decir que te conviertas en una persona codiciosa, pero si pides más de lo que necesitas y al final consigues la mitad de lo que pediste, saldrás ganando. Por ejemplo, tú quieres que se quede en casa esa noche y no te interesa que antes vaya a comer con tu familia, pídele las dos y probablemente, opte por la que le resulte más fácil: quedarse en casa esa noche contigo.
Sexta: Juega con su ego.
¿Acaso te da miedo?. La forma más fácil de que alguien caiga es retando su orgullo. Hombres y mujeres tenemos una naturaleza sumamente competitiva y si le decimos que seguramente no lo hace porque le da miedo o no sabe, verás qué rápido cambia de actitud.
Séptima: Enternécele con caprichos.
Esta opción no la debes aplicar demasiado a menudo, pero cuando sabes que estás a punto de perder la batalla, es hora de sacar el último recurso: una cara tierna, un sutil enojo o un pequeño, muy pequeño berrinche. Tal vez tu ternura le haga reconsiderar la situación.
Octava: Nunca olvides las recompensas.
Recuerda que aunque tengamos la capacidad de razonar, aún solemos guiarnos por el instinto y las emociones. Una promesa de una actividad que a ti no te guste pero a tu pareja sí, besos o incluso hacer el amor, puede ser un muy buen incentivo.
Novena: Organiza el ambiente para que esté a tu favor.
Los anclajes son estímulos asociados a estados internos. Un sonido, un olor o una palabra pueden evocar a un día en el que todo nos salió bien y recordarlo puede significar que su actitud cambie completamente.
Décima: Piensa en sus necesidades.
¿Que le motiva?. Planea una estrategia basada en sus experiencias y creencias. Lo único que debes hacer es conocer a fondo a tu pareja para poder diseñar la mejor estrategia.